¿Por que llegamos 

a esto que hoy sufrimos?‏

 Prof.Carlos A.Méndez-Thort.

Cuando aceptamos que se cometiera la primera injusticia social en nombre de la tiranía de la gobernabilidad y de la gratuita orgía de consumo...¿No sabíamos que podríamos llegar a esto? 

En 1961 se filmó la película sobre:
"El Juicio de Nüerenbergh",adonde se juzgó en ausencia a todo el Estado Mayor Nazi, refugiado en nuestra Argentina, con el fin de forzarles a terminar plácidamente sus vidas con la triple ciudadanía fronteriza argentina,paraguaya y chilena.
Aquella película,que solo reflejaba la verdad a medias,estaba protagonizada por Spencer Tracy en el papel del juez norteamericano Haywood, y Burt Lancaster en el rol del prestigioso jurista alemán Ernst Janning.
Aquella película,aunque a medias,era un hecho real de la historia humana,trata sobre el juicio a cuatro jueces por complicidad con las políticas de esterilización del Tercer Reich,en la que,tanto personas judías como personas con menor coeficiente intelectual,eran esterilizados o sentenciados a muerte por una cuestión de pureza racial pan-europea.  Una de las partes de esta película que sociológicamente más influyeron en la mentalidad de todos los occidentales de este mundo es el último diálogo entre el juez Haywood y el jurista alemán Janning.
Ya juzgado,sentenciado y en la cárcel,  Janning pide ser visitado por Haywood, que lo había condenado a cadena perpetua. 
En el último diálogo de la película,Janning,que había sido un destacado jurista y también había reconocido su culpabilidad en un magnífico alegato en el medio del juicio, particularmente cuando dice que condenó a muerte a una persona judía sabiendo que era inocente, le dice a Haywood en su celda:...
"Que nunca pensó que se iba a llegar a lo que llegamos...,refiriéndose a los asesinatos cometidos por el nazismo.
La respuesta de Haywood al destacado jurista alemán fue:..."Dr.Janning, Ustedes llegaron a esto el día que Usted condenó al primer hombre que sabía que era inocente"...
¿Por qué hoy nuestra amada Patria Argentina,  está pasando por un desastroso momento en el cual las libertades individuales están en tan serio riesgo?...
Porque sabiendo que el gobierno montonero kirchnerista cometía injusticias,y que atropellaba a personas y sectores,  la gente miró para el costado porque, supuestamente,alguien tenía que poner orden y emparchar nuestra economía argentina de la crisis del 2001/2002,  y así recuperar la tiranía estatista de la falsa gobernabilidad.
En nombre de esa falsa recuperación económica y de la tiranía de la gobernabilidad se aceptó que el kirchnerismo fuese avanzando sobre todos y cada uno de nuestros derechos individuales.
¿Qué importa un ruinoso control de precios por aqui, una mamarrachesca persecución a los ancianos militares jubilados por allá, un bloqueo de Moyano por acá, un enfrentamiento contra la Colectividad Hebrea para quedar bien con los terroristas de Irán, un nefasto control de cambios, un paralizante cupo de importación, poderes absolutos delegados por el Congreso al Ejecutivo para que Cristina dicte las leyes que nos rijan, utilizar métodos arbitrarios para remover a algunos de los anteriores miembros de la Corte Suprema, sanciones a consultoras que difunden sus propios índices de precios contrarios a la mentira estatal, que el Ejecutivo ignore fallos de la Corte Suprema,  y demás violaciones al Estado de Derecho,  si lo importante era poder sumergirse en una ficticia orgía de consumo por más insostenible que esta fuese,y que al final prevaleciere la falsa tiranía de la gobernabilidad?...
Muchos creen,equivocadamente,que el liberalismo es una doctrina solamente económica, cuando en realidad es una concepción ética y globalizadora de la organización sociológica de la población,  en la que el aspecto económico es tan solo una mera consecuencia del órden social espontaneo.  Pero lo relevante del liberalismo es que establece como principio fundamental la existencia de un gobierno limitado por los derechos humanos de nuestras libertades individuales. La razón de esa limitación,además de razones morales, es que los individuos deciden desarmarse para otorgarle al Estado el monopolio de la fuerza con el único fin que este defienda el derecho a la vida extrauterina,  la suma absoluta de las libertades de cada individuo,  y la propiedad privada de cada persona como ciudadano nacido en esta Nación nuestra.
Justamente, para evitar que ese monopolio de la fuerza se transforme en tiranía, ya sea esta del proletariado ó del Episcopado, y que este poder sea utilizado contra cada ciudadano, es que el liberalismo sostiene la necesidad de un gobierno limitado. Es decir, un gobierno que no puede ninguna cosa,  que si la hiciesen los particulares constituiría un delito.
Entonces el liberalismo es, por definición, la ideología de la eterna lucha del individuo humano contra el Estado Todopoderoso, contra todo tipo de autoritarismo, y contra todo tipo de dictaduras teocráticas ó ateas. Lamentablemente esos principios de libertad de la persona humana como individuo,  y de gobierno limitado, plasmados en nuestra Constitución de 1853, solo fueron respetados hasta 1930.  A partir de ese momento,  se quiebra el orden institucional,  se ataca a nuestra amada Colectividad Judeo-Argentina,  y en la década de 1940 se profundiza una ideología estatista de derecha católica nazi-franquista, en la cual el Estado adquiere poderes propios del fascismo, y del autoritarismo populista italiano, en nombre de una pésima interpretación de la justicia social.
Pero desde el 2003 hasta hoy, el kirchnerismo gramsciano heredado del titoísmo serbio, que al igual que Hitler llegó con muy pocos votos al poder,  fue adquiriendo cada vez más fuerza por la ficticia recuperación económica debida a un anormal contexto internacional.    Esa falsa recuperación económica,más los desbordes sociales del 2001/2002 hicieron que muchos vieran en los Kirçner-Ostoiç  a seres providenciales que podán"Salvar a la Patria de vaya a saber que fantasmas", y, por lo tanto, tenían derecho a ignorar hasta el principio básico de la concordia humana que obliga al Estado a subordinarse a la suma absoluta de nuestras libertades individuales, y que el poder de los gobiernos debe ser limitado por los ciudadanos.
El día que los obsecuentes legisladores comprados aprobaron la injusta e inservible anulación de las leyes de obediencia debida y punto final... A pesar de que en derecho las leyes no se anulan, sino que se derogan, se sancionan, y se reglamentan, y por lo tanto jamás pueden llegar a tener efecto retroactivo,  jamás...
Pero,más allá de toda esa animalada, y de la opinión que cada uno tenga sobre los militares de aquellos años del Proceso, estaban abriendo la puerta a futuras arbitrariedades monstruosas.  
Muchos no advirtieron,  incluso periodistas y medios de comunicación,  que con esa aberración jurídica no solo se sometía a los militares a vejámenes indecibles,  sino que para mucho peor se sentaba el precedente para que la sociedad toda quedara indefensa ante las arbitrariedades del Estado, porque el ciudadano dejaba de tener derechos a sus propias libertades como persona,y quedaba sometido a las arbitrariedades del gobierno.

Asi hemos tolerado confiscaciones de ahorros, superpoderes para que Cristina pueda dictar las leyes al Congreso, discriminatorios piquetes a empresas judías ó extranjeras que no aceptaban someterse a los caprichos del gobierno,  que patotas pro-kirçneristas entrenadas en Cuba agredieran a manifestantes en la protesta del campo,  que se tomaran comisarías sin sancionar a los responsables,  e infinidad de otras barbaridades. 
Vemos hoy también que la libertad económica de las personas no tiene su fundamento únicamente en la eficiencia económica,  sino que hace a la libertad personal.
Pues bajo el falso pretexto de regular el mercado de papel para diarios, hoy el Estado dispone de una herramienta ilegítima para atacar la libertad de prensa.
Vemos a empresarios que están felices con el cierre de la economía en contra las importaciones, pero también vemos que tienen que someterse al maltrato y humillación de un funcionario público como Moreno para mendigar un aumento de precios, el permiso para importar algún repuesto imprescindible, ó simplemente para comprar dólares. Si para poder producir a los efectos de mantener mi familia tengo que someterme a las arbitrariedades del Estado, entonces, estoy en libertad condicional.  No soy libre,  soy un esclavo de los caprichos de los gobernantes. Un simple control de tarifas en nombre de una falsa justicia social implica ahogar económicamente a una empresa judía, nacional ó extranjera para que algún privilegiado chupamedias kirçnerista pueda comprarla por un sandwich y una Coca-Cola.
El derecho constitucional a ejercer toda industria lícita queda sometido a las arbitrariedades de un burócrata sovietizante, al igual que la libertad de enseñar y la libertad expresión sin censura previa.   Mediante el pretexto de falsas regulaciones económicas se anulan la libertad de expresión y de trabajar. Por la ley antiterrorismo, si alguien quiere defenderse de la inflación comprando moneda extranjera puede ser encarcelado por terrorista.
Recordemos la libre y aceptada posición de los antifederalistas norteamericanos que, en realidad, eran más federalistas que los llamados federalistas. Los antifederalistas se oponían a un gobierno central fuerte porque ese tipo de gobierno podía derivar en una tiranía.  En otras palabras,el tema central del debate consistía en como limitar el poder del Estado para que la democracia no degenerara en tiranía.  Hemos llegado a este punto adonde todos estamos en libertad condicional desde el mismo momento en que toleramos que el gobierno,  en nombre de la tiranía de la falsa gobernabilidad, usara el monopolio de la fuerza a su antojo.
Y lo toleramos a cambio de una protección arancelaria,  una venganza contra los militares por haber ganado la Guerra Antisubversiva, privilegios para los sindicatos de chupamedias, y, lo más triste, vendimos el voto de nuestros carenciados por un par de zapatillas de mala caluidad y una bolsa de cocaína.  Total,los ataques de los narco-punteros electorales eran contra los villeros. A mi no me venían a buscar para votar.  No podemos decir, al igual que el prestigioso jurista Janning, que no sabíamos que el gobierno podía llegar a tanto. Cuando aceptamos que se cometiera la primera injusticia en nombre de la tiranía de la falsa gobernabilidad y la ficticia orgía del consumo,bien sabíamos que íbamos a llegar a esto que hoy sufrimos.
Prof.Carlos A.Méndez-Thort
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