viernes, 30 de enero de 2015

Rodolfo Atilio Griffa
¡ Quien     
 es …      
 Quien¡ 
En la Argentina 
de Hoy.

Por :  MI.

Hoy: 







Santiago Kovadloff.

"No sabés lo que eran los ojos de la hija mayor"

La muerte del fiscal Nisman. 
El filósofo contó sus conmovedoras sensaciones del entierro del fiscal Nisman. 
"No se puede estar bien, la Argentina no tiene rumbo", se lamentó.
Sobre su discurso en el entierro del fiscal Nisman, Kovadloff contó un momento emocionante: 
"La más chiquita, un angel divino de 8 años, hermosa nena, no estaba donde estaba porque su cabecita no le permitía, en parte por suerte, estar donde se encontraba. 
Ella, con 8 años, frente al ataúd de su padre que acababa de ser sepultado, con los oídos abiertos a los golpes de la tierra que caían sobre ese ataúd. 
No sabés lo que eran los ojos de la hija mayor fijados en los míos cuando yo leía, mientras yo decía que su orfandad era también la nuestra. Con los ojos mirándome a mí, como diciendo '¿de qué estás hablando?'. 
Esa madre, que al igual que la hija menor, parecía estar traspasada por la imposibilidad de digerir lo que vivía, lo que se veía. 
Y ese cementerio... que como todo es la expresión de una tragedia. 
Ese rito judío y esa letanía terrible. 
Y esa oración que dice 'gracias Señor por haberlo tenido entre nosotros'. 
Es muy fuerte".

El filósofo dio más detalles de la íntima despedida de Nisman: 
“Ese era el ambiente ayer. 
Familiares, amigos, no eran muchas personas. 
Afuera estaba la gente, el pueblo, en su abundancia, con humildad, con pequeños cartones toscos que pedían Justicia; personas que se acercaban para dar un abrazo y pedir Justicia. 
Gente humilde, no ajena a lo que pasaba, que sentía que había sido violentada en lo más íntimo de su ser. 
Ese era el clima y ésa era la atmósfera. 
Nos fuimos todos y quedó la familia: la madre, las nenas, su mamá, la hermana, solos como corresponde en un momento de intimidad, tratando de encontrar la privacidad que se merecían”.

Conmovido, el escritor afirmó que "no estoy bien. 
No se puede estar bien porque ser testigo y partícipe al mismo tiempo de esta atmósfera y tragedia, y tener 72 años como tengo yo, es estar abrumado por la eternidad del día que vive la Argentina a merced del delito, con instituciones frágiles".

“Hay un sector de la sociedad que no está en lo mismo, que habita otro país, que es invulnerable a la magnitud de la muerte, es invulnerable al crimen porque lo entiende como parte de una patraña orientada hacia la destitución de un gobierno constitucional, que es absolutamente impermeable a la verdad de los hechos y se aferra a su ideología con la ceguera del fanatismo. 
Esa dualidad, ese desgarramiento terrible de dos realidades que se confrontan son, en el fondo, una dificultad muy profunda para ser en nuestro país un solo país, para ser en nuestro dolor un solo dolor, para ser en nuestra conciencia crítica la conciencia crítica de un pueblo”, agregó Kovadloff.

Y siguió: 
"Todo esto genera una atmósfera que se traduce en un cansancio que va unido a la tenacidad que uno tiene para seguir haciendo lo que quiere, lo que debe, lo que su dignidad le pide, pero al mismo tiempo a merced de una sensación de pérdida".

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