jueves, 29 de marzo de 2012

“El Congreso debería estar discutiendo un Plan Integral de Transporte”

Dijo el Doctor 
Carlos Brown.


En el marco del debate en Diputados por el traspaso del Subte, Premetro y tranvía a la Ciudad de Buenos Aires,

En el marco del debate en Diputados por el traspaso del Subte, Premetro y tranvía a la Ciudad de Buenos Aires, el Dr. Carlos Brown planteó que “el Congreso debería estar discutiendo un Plan Integral de Transporte, que incluya no sólo a la Ciudad de Buenos Aires sino también al área metropolitana y al interior del país, el cual se encuentra actualmente relegado por carecer de una infraestructura eficiente”.
Además, afirmó la necesidad de trabajar la problemática del transporte de personas y bienes como cuestión nacional. 
Y, en referencia al tema de los subsidios, expresó que la fenomenal masa de recursos que el Gobierno ha destinado a ello no mejoró en absoluto el sistema, lo cual se vio reflejado en la tragedia de Once del pasado 22 de febrero y en otros accidentes ferroviarios.
Prensa Diputado Carlos Brown
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31 de Marzo.    
Día del:
COMPORTAMIENTO HUMANO. . .


Sueldos de diputados y senadores.




¿Qué exigimos a nuestros legisladores: 

Autor: Ivana Fischer  Periodista.

¿A responsabilidades muy grandes, sueldos abultados?... 
Un debate que encendió la polémica:
 ¿es justo que los legisladores cobren extraordinarias sumas?, 
¿esto se condice con su trabajo? 
Distintos sectores que discuten sueldos llevaron este antecedente a la mesa de negociaciones.
En lo que se definió como “el salariazo”, los diputados y senadores aumentaron un 100% su sueldo, y la polémica se trasladó a las negociaciones paritarias de los diferentes gremios que representan la actividad en el país.
Por ejemplo, el salario de un legislador, en 2012, es de un promedio de ingreso de bolsillo de entre $30.000 y $35.000 por mes, y los haberes de un docente promedio, en 2012, son de $ 2200. 

Un docente tiene que trabajar en dos o tres cargos para poder cubrir el costo de la canasta familiar, mientras los diputados se incrementaron un 100% los sueldos y ganan diez veces más que lo que reclaman los gremios docentes como salario de bolsillo.
Para justificar las sumas, los legisladores han expresado:

 "Estaban muy atrasados desde la última década"; 
“Es una buena oportunidad para aumentar el nivel de transparencia" en el Congreso; 
“¡Sin un buen sueldo solo los ricos o ladrones podrían dedicarse a la política!”; 
“Los diputados y diputadas asumimos responsabilidades muy grandes y debemos tener correlato en esta situación";
 "Es una decisión que tomaron los presidentes de las Cámaras, a mí no me preguntaron", respondieron otros.
Retomo la penúltima frase: “…asumimos responsabilidades muy grandes y debemos tener correlato en esta situación”, 

que fue expresada por la diputada kirchnerista Juliana Di Tulio. 
¡Es verdad!, los funcionarios públicos tienen que ganar muy bien, es una responsabilidad muy grande, porque representan a los cuarenta millones de habitantes de nuestra querida Argentina, pero deben hacerlo de manera transparente, sin trampas, sin pagos en negro, sin gastos escondidos, sin prebendas. 
Ese sueldo debería corresponder a una prestación cierta y clara. 
Porque la función se jerarquiza, primero, trabajando y, después, reclamando una remuneración acorde, y no al revés.
Si los diputados y senadores se han convertido, en lugar de representantes de sus votantes o de sus provincias, en meros “levanta manos” para aprobar, sin corregir una coma y sin importarles los intereses de quienes deben representar −como sucedió en las sesiones extraordinarias de fines del año pasado, en donde muchos, ni siquiera tuvieron el tino de disimular un poco, admitiendo cambios menores en algún proyecto de ley−, podrían hacerlo sin cobrar un peso.
A las pruebas me remito: 

El Semanario Parlamentario realiza todos los años un relevamiento de la producción legislativa y contabiliza, incluso, la cantidad de palabras pronunciadas por “nuestros representantes” en el Congreso.
La de 2011 “fue de las más bajas que se recuerden”, resalta. 

La cantidad de sesiones estuvo fuertemente resentida por el año electoral y la pulseada entre el oficialismo y la oposición. 
En materia de proyectos, la cantidad presentada también fue menor, según se desprende de las marcas alcanzadas por quienes más iniciativas plantearon, a lo largo del año, comparado con períodos anteriores.
“Aclaremos una vez más que no necesariamente es la elaboración de iniciativas la única funciónni mucho menos la principal− de los legisladores, que amén de presentarlas, deben trabajar en las comisiones para mejorar los proyectos o discutirlos en el recinto cuando estos tienen la fortuna de llegar a esa instancia”, recuerda Parlamentario.com.
¿Qué ha contabilizado el sitio?
En proyectos de ley (que son los más importantes), según el trabajo elaborado para el Índice de Calidad Legislativa, desde enero hasta diciembre de 2011, en el Senado dominó el senador sanjuanino del Peronismo, Federal Roberto Basualdo, que presentó 63 proyectos de ley, diecisiete más que los segundos, que resultaron ser el actual vicegobernador jujeño, Guillermo Jenefes, y la puntana Liliana Negre de Alonso, ambos con 46 proyectos presentados.
¿Qué pasa en Diputados? 

Primero aparece Fernando Yarade, con 62 proyectos, uno menos que su colega del Senado. 
En segundo lugar, tenemos, con 57 proyectos, a otra sanluiseña, Ivana Bianchi, en tanto que completa el podio Héctor Recalde, con 36 iniciativas.
También releva qué legisladores quedaron en cero en los diversos rubros.

 En proyectos de ley, en el Senado no presentaron ninguna iniciativa el chaqueño Fabio Biancalani, el porteño Eric Calcagno y la catamarqueña Lucía Corpaci.
Biancalani presentó un proyecto de declaración y ninguno de resolución, ni de comunicación; en tanto que Calcagno presentó cuatro proyectos de declaración y uno de resolución. 

En la Cámara de Diputados, no presentaron ningún proyecto de ley Alcira Argumedo, Octavio Argüello, Gloria Bidegain, Daniel Brue, Viviana Damilano Grivarello, Héctor Del Campillo, Carlos Donkin, Gustavo Dutto, Norberto Erro, Patricia Fadel, Hipólito Faustinelli, Miriam Gallardo, Ruperto Godoy, Eduardo Kenny, Beatriz Korenfeld, Rafael López, Juan Carlos Lorges, Ernesto Martínez, Susana Mazzarella, Sandra Mendoza, Jorge Montoya, Carlos “Cuto” Moreno, Roberto Mouillerón, Raúl Rivara, Evaristo Rodríguez, Juan Arturo Salim, Juan Carlos Sluga, Felipe Solá, Enrique Thomas, Carlos Urlich y Nora Videla. Tampoco presentaron proyectos Jorge Pérez y Hugo Perié, fallecidos durante el año. De los citados, no presentaron ningún proyecto en ningún rubro Octavio Argüello, Carlos Donkin, Patricia Fadel, Eduardo Kenny, Ernesto Martínez, Jorge Montoya, Roberto Mouillerón, Raúl Rivara, Evaristo Rodríguez, Juan Carlos Sluga y el fallecido Hugo Perié. Juan Carlos Lorges, Susana Mazzarella, Felipe Solá y Enrique Thomas presentaron un proyecto de declaración; Beatriz Korenfeld y Carlos Moreno presentaron solo uno de resolución. Vale destacar que cinco diputados no presentaron ningún proyecto de ley en 2011, tampoco lo habían hecho en 2010, oportunidad en la que solo quince legisladores no se anotaron con ninguna iniciativa de ese tipo: Rafael López, Juan Carlos Lorges, Carlos “Cuto” Moreno, Juan Carlos Sluga y Nora Videla. En cuanto a las palabras pronunciadas en el recinto, el radical Gerardo Morales figuró al tope delranking, en 2011. Con 37.378, fue el senador que más habló a lo largo del año, dejando en el segundo lugar al jefe de la bancada oficialista, Miguel Angel Pichetto (35.430). 
Tres senadores no hablaron durante el 2011: los chaqueños Fabio Biancalani (FpV), Roy Nikisch (UCR) y el misionero Luis Alberto Viana (FpV).
“Estuvo a un tris de quedar en cero el ex presidente Carlos Menem, quien salió de esa situación al jurar para un nuevo mandato y asentar con su ‘sí, juro’ dos palabras e intervenir fugazmente en la última sesión del año, con lo que sumó apenas seis palabras”, asevera Parlamentario.
Los ciudadanos deberíamos evaluar el comportamiento de cada legislador y para eso tendríamos que contar con herramientas claras y accesibles, a fin de conocer, entre otras cosas, cuántos asesores tiene, qué dinero se destina a ellos, cómo se interioriza en las necesidades del pueblo, etc., porque somos los que le pagamos el sueldo, y para saber, en una nueva contienda electoral, a quiénes premiar con nuestro voto y a quiénes decirles no, “ayudándolos” a que se retiren de la actividad política, porque quizá ya no son útiles.
Considero que mientras los legisladores no se sientan representantes de quienes los han votado, en el marco de un programa explícito de trabajo, difícilmente quienes les pagamos el sueldo tengamos la voluntad de pagarles “sin peros” lo que les corresponde.