sábado, 17 de noviembre de 2012

Un Dilema



LA 

 FRAGATA  LIBERTAD 


Y

  EL GOBIERNO . . .







El Gobierno teme tanto traer la Fragata Libertad… 

como teme no poder traerla...




Obviamente negarán todo.

Pero la realidad es que hacia el interior del

Gobierno se discute y muy seriamente sobre

el efecto social que tendrá cuando la Fragata

llegue a Puerto.

Una suerte de “ser o no ser…

la traigo o no la
traigo”. . . 

that is the question.
 

El tema está repleto de complejidades

La llegada concitará una multitud y esa 

multitud no será afecta al Gobierno. ¿O 

alguien se imagina a “La Cámpora” o a 

“Miles” de Luis D´Elía, recibiendo a la 

Fragata Libertad? El tema es que 

deberán haber autoridades   

en la recepción y, a ninguna, le gusta ir 

donde solo cosecharán desprecio. 

Todo un tema.

Como todo un tema es que el tiempo 

pase y los 44 tripulantes y el 

Comandante de la Fragata, sigan, 

esperando que algo suceda.


Como no traerla, o aceptar su 

pérdida, no es una opción, el 

problema es mayúsculo. Pueden 

intentar que el tiempo pase y la 

gente olvide.
  
Pero da toda la sensación que la 

sociedad no olvida.

 Y así como en Mar del Plata hubo una movilización de todo tipo de embarcaciones para reclamar la recuperación de la Fragata Libertad, en los medios oficialistas, no se les ocurrió mejor idea que decir que, históricamente, la Fragata Libertad original se iba a llamar Fragata Eva Duarte de Perón y que el mascarón de proa iba a ser la imagen de evita. 
Claramente este no es el mejor momento para traer a colación una historia que se remonta a 1953 y que representa un modelo de democracia mítica partidaria.
Las ideas deben estar sobrevolando la 
imaginación sobre el como recuperarla y el 
que hacer después.
Vallar el acceso al Puerto de Buenos Aires 
y limitarlo solo a las familias directas de la 
tripulación, puede implicar un problema, ya 
que una multitud de ciudadanos, de 
familiares fuera de la primera línea de 
sangre y de miles de marinos, familiares 
de estos y ciudadanos porteños 
disconformes con el Gobierno Nacional, 
pueden rebasar las vallas prefecturianas.
Las que a su vez no tendrán demasiada 
voluntad de reprimir a este segmento de la 
sociedad y de los familiares.
No vallar el acceso al puerto supondrá una 
fiesta cuasi opositora donde el funcionario 
que reciba a la Fragata, será seguramente 
denostado. Este, seguramente será el 
Ministro de Defensa. Sobre él cargaron las 
responsabilidades y este podría ser su 
último acto oficial. Timerman y Garre no 
aparecerán por esta zona. 
¿La Presidente? Mucho menos. 
Solo lo haría si la recepción fuera a solas, 
sin familiares navales, donde el protocolo y 
el silencio sean una obligación para los 
oficiales y suboficiales en actividad, o el 
retiro los esperará a la vuelta de la 
esquina.

Todo un problema.

Otras alternativas que pueden estar 
considerando es que la Fragata Libertad 
no amarre en Buenos Aires sino en Mar 
del Plata. Claro que hacerlo así significa 
una aceptación política del fracaso y del 
temor. Una suerte de Malvinas al revés. Lo 
mismo sucedería si la orden fuese que 
llegasen a altas horas de la noche, entre la 
noche y la madrugada.
En todos los casos, el vallado, si es que 
deciden hacerlo, deberán considerar que 
también sea acuático. Son miles las 
embarcaciones que ya se están 
coordinando desde las redes sociales 
(bajo el lema “el fragatazo” para 
acompañar a la Fragata Libertad desde 
todos los puertos cercanos al acceso 
continental argentino.
Todo un problema.

Son tantos los problemas que 
seguramente habrán de aquellos que solo 
piensen en dejar pasar el tiempo, los 
meses y hasta el repatriar a la tripulación 
que queda. Otro problema. 
Es muy probable que el Comandante 
pueda no querer cumplir la orden o se 
genere una situación de mayor gravedad 
aún.
Todo un problema.











El Gobierno sabe que puede depositar el dinero en los tribunales de Ghana haciendo expresa aclaración de que eso no es una aceptación a negociar con los llamados “fondos buitres”, sino una acción política para facilitar la resolución del Gobierno de Ghana, como muestra de buena voluntad hasta que se resuelva la cuestión de fondo. Puede hacerlo, pero, o no desea hacerlo, o no se le ocurrió.
Porque también es realidad que los acreedores internacionales y argentinos que se encuentran reclamando por sus inversiones realizadas a través de esos llamados “fondos buitres”, que no son otra cosa que fondos de inversión de oportunidad, tienen el derecho que les asiste por los acuerdos originales a cobrar sus deudas, independientemente de no haber aceptado las quitas y pagos que se sucedieran.-