miércoles, 15 de agosto de 2012

No nos damos cuenta . . .


Los cambios
en el mundo.

EL medallero y

  la realidad . 



Enviado por Laboratorio Gador.

Por Claudio Federovsky.

 Dr. Juan Carlo Amatucci.


El mundo del deporte no se enteró de los cambios que esta sociedad globalizada ha experimentado en los últimos cuatro años. Ni la llegada a la presidencia de los Estados Unidos del primer afroamericano, ni la crisis económica que generó cimbronazos varios, ni las destituciones de Berlusconi y Lugo, ni el cambio de gobierno en Francia, ni la continuidad del kirchnerismo entre nosotros. 
Los muchachos y las muchachas que corren, nadan, saltan, le pegan a la pelota, se pegan entre sí, arrojan algún implemento, o desarrollan cierta coreografía que le pone música a un deporte de altísimo rendimiento que cadía afila más sus armas en la utópica búsqueda de la perfección, mostraron en Londres 2012 que, al menos en esta materia, todo está como entonces, como hace cuatro años, cuando los Juegos Olímpicos tuvieron lugar en Beijing.
El medallero final, mudo analista de la más cruda realidad olímpica, apenas si ha tenido imperceptibles modificaciones en cuanto a su composición actual respecto a lo sucedido en 2008. Nueve de los "top-ten" de esta cita londinense ya se encontraban en la élite en los Juegos realizados en China; la excepción es la trepada de Hungría, relegando a Japón. Por lo demás, Estados Unidos y China volvieron a hacer el 1-2, aunque con posiciones "trocadas"; idéntica situación a la dada en los puestos 3-4 donde vuelven a figurar Gran Bretaña y Rusia, aunque con el orden alterado. Es que la localía "pesa". Más atrás Alemania, Francia, Australia e Italia, nada para sorprenderse. El único cambio sustancial, llamativo, que arrojan estos resultados, es el fenomenal salto que pegó Irán que, de un solo oro y un total de dos medalla en Beijing, pasó a cuatro oros, cinco platas y tres bronces (doce en total) con apenas 53 deportistas en su delegación. Del puesto 51, escaló al 17.
Latinoamérica tampoco evidenció alteraciones profundas. Cuba volvió a ser el más fuerte de la región, ubicándose en el "top-20", mientras que Brasil, que tendrá en Río la sede de 2016, tuvo un andar prácticamente calcado al de los Juegos anteriores. México experimentó una leve mejoría y Colombia -en consonancia con otras variables que van en el mismo sentido- fue la gran "revelación" de esta parte del continente: llegó al oro pasando de dos medallas a ocho, y subiendo del puesto 65 al 36. Venezuela "pescó" un oro, y Chile y Ecuador desaparecieron del medallero. No más que eso.
Y queda la Argentina. 
Un deporte argentino que llegó hasta la Gran Bretaña con una delegación casi idéntica en cantidad a la de cuatro años atrás (138 en Beijing, 137 en Londres), con mucha gente "grande" y, pradójicamente, muchos debutantes. 
El resultado, ya conocido, muestra un pequeño paso atrás en cuanto a la recolección de medallas pero, en términos de evaluación de performances, el saldo se ajusta moderadamente a las expectativas previas. 
En síntesis, los dineros llegados desde el Enard, pero que aún carecen de una política estructural que acompañe en cuanto a definir la estrategia a seguir, no influyeron directamente en una actuación que ni fue un gran fracaso, ni un gran suceso; donde hubo algunas tareas dignas del elogio y otras que trajeron consigo el desencanto. Una rápida revisión de los hechos, permite afirmar que:

* Los deportes de conjunto respondieron, casi sin margen de error, a lo que se esperaba de ellos: un cuarto podio para "Las Leonas" y una "casi" medalla para "La Generación Dorada", dos sólidas representaciones nacionales con estructuras "profesionales" (aun con la diferencia existente entre ellos) que mantienen su nivel desde hace más de una década...auspicioso regreso del vóleibol con jóvenes jugadores de un gran futuro que no "ligaron" en el cruce con Brasil, y un debut olímpico en handball que no logró el objetivo deseado (clasificarse a cuartos) pero que dejó en claro que está transitando por el camino correcto. El hockey masculino deberá seguir esforzándose para dar un salto de calidad.

* En los deportes de "tiempo y marca", especialmente en los llamados "básicos" (atletismo y natación) se produjeron los resultados más preocupantes. 
Se participa pero, salvo algunas excepciones (Germán Lauro, en bala; Juan Manuel Cano, en marcha, ambos mejorando sus propias plusmarcas nacionales), no se compite. 
La gran mayoría estuvo por debajo de sus mejores registros, y hubo notorias frustraciones en experimentados deportistas que arribaron con grandes pretensiones, como Jennifer Dahlgren (lanzamiento de martillo) y Cecilia Biagioli (natación, aguas abiertas). Tampoco lograron su propósito el promocionado Julio Alsogaray y Mariano Reutemann (ambos afuera de la "medal race") en un yachting que viene aportando medallas desde Atlanta '96 y que esta vez "salvó la ropa" con el 470 de Calabrese y De la Fuente. Tampoco el ciclismo tuvo un buen paso por Londres: con menos clasificados y un paso "forzado" de Wálter Pérez a una especialidad que no es la suya, los resultados fueron esquivos.

* Mientras que en tenis sólo Juan Martín del Potro estuvo a la altura de las circunstancias con notables partidos, de una gran entrega, que lo llevaron a un merecido podio, la gimnasia tuvo su mejor performance histórica con un admirable Federico Molinari que en su debut olímpico a los 28 años, y más allá de un desliz en la salida de su participación en la final, tuvo una consagratoria tarea en las anillas.

* En los deportes de "contacto" estuvo lo mejor, claro, con la descomunal tarea del "toro" Sebastián Crismanich. Correntino como su admirado "Camau" Espínola, guapo a la hora del combate, inteligente para pararse, y dueño de una mentalidad ganadora que puso de manifiesto en cada uno de sus cuatro enfrentamientos, el nuevo campeón olímpico bien representa el modelo de deportista al que hay que apuntalar para su propio crecimiento y para que sirva de espejo a los chicos que vienen detrás. Con idénticos valores, aunque en esta oportunidad sin medalla, se sitúa la gran "Peque" Pareto, referencia inequívoca para entender de qué hablaba el barón Pierre cuando hacía alusión al hecho de competir. También cumplieron el judoca Emanuel Lucenti y el boxeador Yamil Peralta, quedando en el "debe" la gendarme Patricia Bermúdez que no pudo refrendar en la cita olímpica las buenas actuaciones que la habían traído hasta Londres.

* Los deportes "de agua" también aportaron algunas ilusiones para cimentar el futuro con las duplas Rézola-Correa en el canoaje, y Suárez-Rosso en el remo, independientemente del interminable "Pollo" Fernández que, en su cuarta incursión olímpica, respondió a satisfacción dejando la puerta abierta en cuanto a la posibilidad de embarcarse en un nuevo ciclo.
Trazos, simplemente, y en caliente, de este Londres 2012 que está extinguiendo su fuego sagrado para trasladarlo a las playas cariocas que, dentro de cuatro años nos traerán una nueva foto de la realidad mundial y de la argentina, en particular. Siempre desde la mirada del deporte, por supuesto.