lunes, 9 de diciembre de 2013

Valores


2013


De los valores perdidos.

Por:
Juan Jose Carrasco.
Abogado.
Legitima Defenza-
"Comúnmente sólo apreciamos el valor 
de una cosa, después de haberla perdido" 
 (Arthur Schopenhauer )

Hace ya un tiempo, deseaba dirigirme a todos ustedes con la finalidad de sugerirles una reflexión sobre los grandes males que nos aquejan. 
Acerca de las verdaderas causales que han motivado la involución mental, el estancamiento ético, y la degradación moral de éste país. 
Me estoy refiriendo, claro está, a la PERDIDA DE LOS VALORES PRIMARIOS ; al abandono paulatino, sistemático y desprejuiciado de ésos principios fundamentales que heredamos de nuestros mayores, y que, alguna vez, nosotros mismos supimos exhibir orgullosamente. 
Hoy, parecería que hemos cambiado responsabilidad, respeto, honestidad, tolerancia, equidad, valentía, dignidad, perseverancia, solidaridad y paciencia, por "disvalores" como el facilismo, la irrespetuosidad, el consumismo, la frivolidad, la intolerancia, el oportunismo, la cobardía, el egocentrismo, la obsecuencia, la vanidad, y tantos otros que nos han envilecido como personas y como sociedad. Naturalmente, habría que interrogarse : 
¿Qué nos ha pasado a los argentinos que hemos comenzado a transitar por senderos de incertidumbre y confusión? 
¿Acaso estamos a las puertas de otro gran fracaso histórico? 
Yo, creo que éste pueblo no puede darse el lujo de soportar una nueva frustración.
 Para construir una sociedad organizada, moderna y desarrollada, deberá contarse con ciudadanos de principios fuertes, sólidos y confiables, como son los "valores primarios", que hoy están desplazados, ocultos o perdidos, pero que, seguramente, muertos no están. Entonces, el desafío que se nos presenta es ir a la búsqueda de los valores perdidos, a la reconquista de las virtudes humanas fundamentales, y a la reinstalación de ésos bienes en la sociedad argentina. 
La tarea no será nada sencilla, porque en ésa misión tendremos que soslayar los intereses propios y proceder con humildad y coraje, con renunciamiento y sacrificio. Es un cambio radical en la forma de pensar, el retorno a lo único genuino, la vuelta a lo valioso y auténtico de ésta vida. 
Deberá comenzar en lo personal, y dentro del seno familiar ;como dijera Juan Pablo II : "La familia es la base de la sociedad y el lugar donde las personas aprenden por vez primera los valores que les guiarán durante toda la vida". 
Así, y sólo así, seremos capaces de ir modificando éste rumbo errático y equivocado que nos lleva a un destino azaroso y arriesgado. 
Vayamos con valentía y determinación hacia el encuentro de aquéllo que nos hizo dignos de ser llamados ciudadanos, merecedores del reconocimiento público, y fieles exponentes de la argentinidad. Recuperemos el precioso legado de nuestros ancestros para nuestros sucesores en el camino de la vida, y la historia de éste país nos lo agradecerá permanentemente. 
Recuerdo aquí, las palabras del célebre Albert Einstein : "Procura no ser un hombre con éxito, sino un hombre con valores".
¿Quién dijo que ésa meta no se puede alcanzar y que todo está perdido? 
"Nada está perdido, si se tiene el valor de empezar de nuevo". 
El comienzo para un tiempo distinto puede ser hoy mismo ; la decisión para el cambio es exclusivamente de cada uno de nosotros, y la fuerza necesaria para lograrlo reside en el interior de nuestros propios corazones.
 El mensaje está dado, y tengo la firme esperanza que será interpretado y finalmente puesto en práctica para el bien de ésta querida patria. 
¡Un fuerte abrazo para todos !
Juan Jose Carrasco.