miércoles, 20 de noviembre de 2013

¿ Armas


2013

INSEGURIDAD.

¿Las armas son 
necesarias?

Por:  Juan Jose Carrasco.

Abogado.

Quiero iniciar éste artículo con las palabras de Don José Hernández, en su obra Martín Fierro, que en una de sus estrofas comienza diciendo :
 "Las armas son necesarias..." 
Y,  observo que ésta frase épica se halla vigente por su incuestionable verdad, sabiduría y autoridad. 
De ésta forma breve, pero concluyente, queda adelantada mi opinión sobre el particular, que, a renglón seguido, trataré de esclarecer y fundamentar. 
La problemática en torno a las armas, ha adquirido en los últimos tiempos una importancia capital ante la gravísima inseguridad por la que todos atravesamos. Así, uno de los dilemas que se plantean versa sobre la conveniencia o no de poseer armas por parte de los ciudadanos. Las autoridades, ya han tomado partido, y consideran inconveniente el hecho de armarse.
Fiel a ése criterio, simplificante y facilista, el Estado ha emprendido una gran campaña pidiéndole a la ciudadanía que proceda a desarmarse. 
La medida gubernamental, visiblemente demagógica y engañosa, lejos de constituir una política seria y responsable, demuestra la ignorancia, la incapacidad y el fracaso total en ésta materia. 
Dicha disposición oficial configura un grosero desconocimiento del derecho humano a la autodefensa en razón de que, para ejercerlo, hay que contar con los medios idóneos y suficientes. 
La decisión de armarse, es una lógica consecuencia de la inseguridad aguda que padecemos y de la inacción exasperante de quienes nos gobiernan. 
Creo que, si las personas optan por armarse, no será por afición, gusto o diversión, sino porque se sienten totalmente desprotegidas y abandonadas.
Es la última razón para adoptar tal actitud, la extrema, casi diría "la heroica", porque vivimos en un país absolutamente desconcertante, incoherente y contradictorio. 
Y si no, repasemos aquí el Art.21 de la Constitución Nacional : 
"Todo ciudadano argentino está obligado a armarse en defensa de la patria y de ésta Constitución..." Sinceramente, me pregunto : 
"Si la Carta Magna nos está obligando a armarnos en su defensa, ¿cómo no vamos a poder armarnos para defendernos nosotros mismos?
 Éste razonamiento es de pura lógica, pues mal podríamos defender los valores democráticos y republicanos, si antes no sabemos hacerlo respecto de nuestra propia persona. 
En todo caso, es el Estado, como tutor de nuestros derechos, quien debe instruir adecuada y convenientemente a los particulares que opten por armarse para su defensa, pero su notoria incapacidad no se lo permite. 
Además, en su afán delirante y errático, éste Estado se ha vuelto tan inverosímil que ni siquiera le creen sus mismos integrantes, porque me consta de modo fehaciente que muchos de ellos ( legisladores, magistrados, funcionarios, etc.) se encuentran "armados", y bajo ningún concepto están dispuestos a entregar sus armas.
Entonces : 
¿Por qué presionar al ciudadano común y honesto para que haga algo que "otros" más responsables no lo hacen? 
¿Porqué subestiman nuestra capacidad considerándonos inútiles, peligrosos, y hasta indignos de tener un arma? 
Me pregunto : 
¿Acaso no hay policías más inútiles y peligrosos que los civiles, y sin embargo siguen teniendo sus armas? 
¿O es que siempre se ha de cortar el hilo por lo más delgado? 
Mi sugerencia en tal sentido, es que, aquéllos que disponen de armas legales para la defensa propia y de su familia, no las entreguen, bajo ningún concepto, porque un día pueden arrepentirse de haberlo hecho y entonces ya será demasiado tarde. 
Debo insistir aquí, que cuando planteo la necesidad de armarse, ello está referido únicamente para la defensa del domicilio de cada uno de nosotros, es decir ; lo que en derecho se llama:
Legítima Defensa Privilegiada. 
Recuerdo tiempos mejores, cuando muchos vecinos que estaban armados cuidaban también su barrio, no había excesos por parte de ellos y el accionar delictivo era mínimo. 
Por otro lado, habría que terminar con el tonto prejuicio de que las armas son "malas"; ellas no son ni buenas ni malas. 
Todo dependerá de quien las posea, y eventualmente cómo se las use. 
Un arma en posesión del ciudadano honesto, responsable y correcto, será siempre un elemento disuasivo y defensivo. 
No generará peligro ni daño alguno para los demás. 
Las armas en manos de gente confiable establece un justo equilibrio de fuerzas con quienes nos ataquen o agredan ilegítimamente. 
El Estado no nos da seguridad, pero tampoco nos permite defendernos como corresponde. 
Es la doble negación : no hace, ni deja hacer. 
De tal forma, no veo el porqué no podamos hacerlo por cuenta propia y a la manera nuestra. 
Es un derecho consagrado que nos asiste, y para ello necesitamos de los medios adecuados. 
En otros términos; para ejercer una defensa acorde, proporcional y efectiva, "las armas son necesarias", aunque bien sabemos que en determinadas circunstancias cualquiera es capaz de defenderse con cualquier cosa. 
Y ésto es lo más grave del asunto, porque ante una eventualidad y la carencia de armas reales, las víctimas, por ése instinto natural de conservación, pueden recurrir a elementos impropios para repelar una agresión. Entonces, será peor el remedio que la enfermedad, y los resultados de éste desatino pueden ser verdaderamente lamentables. 
Por todo ello, considero sin dudar que:
 "LAS ARMAS SON NECESARIAS" para aquéllos que, teniendo vocación defensiva, criterio formado, y los conocimientos necesarios, asumen el valor de preservar su integridad física y moral. 
Aunque, llegado el momento, se deberá obrar con la mayor prudencia, la máxima precaución y un especial cuidado a fin de evitar daños irreparables.

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